miércoles, 15 de septiembre de 2010

De mi hija

Se puede ver su corazón
en sus manos tiernas
el amor que despliegan sus ojos
son tormentas de verdades
que su corazón y sus manos
no saben ocultar.

Lo refleja en cada sonrisa
en cada gesto en cada enojo.
su integridad pagana
de Amazona justiciera
atormenta al que escucha
el canto de las sirenas

Le duele tanto un pétalo
le duele tanto unas cejas arqueadas
que la linea de la boca se estrecha
y lágrimas por la piel derrama
cuando no puede con tanto lío

Mi pequeña diosa ariana
flor de manzana
aqui estoy para limpiar tus lágrimas
para contener tus dardos
que como medicina sanan
las heridas que me he hecho
en el camino ya ido

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