Vivo la vejez de mi madre, con mi propia carne arrastro sus años. Juntas como un árbol, cuyos sueños ocultos entre las hojas, teme al ruido de los truenos. Nuestro tiempo se acaba
y sé que el mío se irá persiguiendo el infinito y si no existe
tampoco importa
raquel vega
azur finales 2013